Moral, Ética y Derecho
El ejercicio profesional del
Derecho implica una serie de elementos los cuales resultan fundamentales para
ser efectivo, entre ellos se tienen por ejemplo todos aquellos que poseen
relación con asuntos materiales de la profesión, es decir conocimientos
generales o específicos que se hayan adquirido en las diversas materias o ramas
que componen esta ciencia social; se habla entonces de: teorías doctrinarias, conocimientos
normativos, posiciones jurisprudenciales, entre otras. Otro de los elementos
que deben ser propio de la práctica profesional, y que es objeto principal de
este ensayo, es el referido a la Moral y la Ética, componentes que son propios
de condiciones filosóficas que tienen relación con el comportamiento del ser, y
que buscan orientar las conductas que deberían tener quienes decidan ejercer
como Abogados (as) por medio del concepto de Deontología, aplicado en
particular a las Ciencias Jurídicas.
Tratándose de un elemento
filosófico serán muchos los conceptos y análisis que se deben hacer para buscar
comprender la Moral y la Ética aplicada en el Derecho. Como punto inicial sobre
la noción que se posee de dichos términos se considera fundamental
conceptualizar y diferenciar entre sí a la Moral y la Ética, eso por cuanto se
suelen confundir sus definiciones y hasta asumir se tratan de sinónimos.
Se entiende como Moral aquel
parámetro de comportamiento de un ser el cual se basa en sus creencias, los valores
que posee o las normas que respeta en razón de a lo que está acostumbrado. Sea desde un análisis
etimológico o bien significativo de la palabra Moral se va a encontrar que su
fundamento radica en las manifestaciones de usanza en el comportamiento, es
decir en hábitos o costumbres aceptadas y debidamente identificadas, pero que además
deben ser diferenciadas entre positivas y negativas para así poder determinar
lo que (según la Moral ) se pueden considerar como conductas aprobadas o no, actuaciones
decentes, buenas, correctas, justas, etc. Lo anteriormente descrito permite
visualizar como la Moral va a ser concebida de una u otra forma según el
entorno social en donde se desarrolle, por ejemplo y según lo descrito, el
gremio de profesionales en Derecho en Costa Rica posee una Moral determinada,
que permite establecer parámetros de comportamiento y valorar su asentimiento o
no.
El desarrollo del concepto a lo largo de los años
ha permitido entenderlo también como un elemento compuesto de normas que busca
delimitar el actuar del ser mediante la validez o no de un comportamiento,
exigiendo con ello que ante determinadas situaciones se proceda de conformidad
con lo que se considere está dentro de la Moral, es decir que todo aquello que
no se encuentre dentro de ese esquema se debe considerar como inmoral, en razón
de que va
en contra de las leyes que limitan los actos dentro de lo correcto según el
grupo social al cual pertenece.
Con
respecto a la Ética es posible decir de forma resumida que corresponde a la
ciencia que estudia las actividades humanas consientes y voluntarias que
afectan a otros seres o a la sociedad en su conjunto, no desde aspectos
superficiales, sino desde adentro: sus conceptos, componentes y argumentaciones;
es decir la Moral.
La
Moral es la razón de la Ética en el sentido estricto del análisis o estudio,
sin embargo, la Moral se va a encontrar supeditada a la Ética, pudiendo esta
última inclusive formar preceptos morales, por tanto, es menester indicar que
la Ética posee una mayor pretensión crítica que lo moral. Ahora bien, claro
está que existe una intensa relación entre ambas nociones y que juntas cohabitan
dentro del análisis filosófico y con ello permiten el establecimiento de reglas
que rijan a un sector determinado, como sucede con el gremio de Abogados y
Abogadas de Costa Rica a través de la materialización de las concepciones
analizadas por medio de la Deontología.
Se
tiene que la Deontología es una
disciplina subsidiaria de la ética que trata los compromisos morales que los sujetos
asumen, examinando como modelo de valoración a la utilidad de las mismas,
principalmente de aquellas que tienen
que ver con el ejercicio profesional (reglas profesionales), es decir, que será
mediante la Deontología, tomando en cuenta los preceptos Éticos y Morales que
se poseen, que se condicionarán las actuaciones que realice un profesional, de
los que no se excluyen todos aquellos quienes deseen ejercer mediante la
Abogacía, por cuanto sus comportamientos y procederes estarán vigilados y
regulados por las autoridades encargadas de establecerlas y sancionarlas.
La importancia que esto tiene en el desarrollo
profesional de las personas es sumamente alto, lamentablemente muchas veces se
observa como sujetos quienes poseen algún perfil profesional y se desarrollan
como tales actúan de diversas formas que van contrarias a esos sistemas
normativos de carácter moralista que se conocen, en razón de ello surge la
necesidad mediante la Deontología de cuestionar y sancionar el comportamiento,
es decir, no se confía simplemente en la moral del profesional, sino que ante
una eventual ruptura de dichas condiciones se establecen parámetros que pueden
acarrear consecuencias por las cuales deberán responder.
Debe ser la máxima de todo profesional y en
particular del Jurista el cumplimiento de aquellas condiciones morales y éticas
exigidas por la sociedad. El Derecho posee una estricta relación con el
comportamiento social y su regulación, con todo aquello se puede y no hacer,
con esas circunstancias bajo las cuales se establecen supuestos de hecho que
conllevan consigo las formas correctas de hacer las cosas, todo esto con el
objetivo de mantener el orden y la paz social, por lo que resulta intensamente
ilógico que quienes tengan la función de hacer cumplir con los diferentes
ordenamientos jurídicos que regulan, sean quienes desde su ejercicio
profesional los incumplan.
Debe ser obligación del Abogado (a) además, y más
allá del tema propiamente Deontológico, buscar siempre ejercer de la manera más
profesional posible, atendiendo los casos y las situaciones que les sean
encomendadas con la entrega y dedicación que requieran, apelando a estrategias
y habilidades que busquen el efectivo funcionamiento del Derecho, dejando a un
lado todas aquellas prácticas que en razón de vacíos legales son permitidas,
pero que se alejan mucho de ser leales y honorables con el sano ejercicio
profesional, debe además quien anhele desarrollarse en el ámbito jurídico
entender lo que esto representa y significa, sentir el compromiso, pasión y
respeto que el Derecho merece.
Desde la Ética, la Moral y la Deontología se busca
un adecuado ejercicio profesional, deben llevarse estos elementos muy cerca del
ser cuando se ejerza para de esta manera actuar siempre de acuerdo con aquellos
preceptos que buscan el beneficio social, bajo los más altos estándares morales
y éticos,
Lic. José Manuel Ulate Rojas
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