Consideraciones Sobre el Colegio de Abogados
Desde
hace muchos años, con la implementación del sedentarismo y bajo regímenes
imperiales la humanidad empezó a presentar diversas manifestaciones de
organización social, sus vidas iniciaban a regularse y estructurarse según
características, ascendencia / desdecía, estatus y ocupación; con Numa los
colegios de constructores y más adelante la formación de gremios de personas
quienes se organizaban en razón de un determinado interés en sus actividades u
oficios, son muestra de la vinculación entre personas en el sentido profesional
que se busca exponer.
Estas
organizaciones se fueron desarrollando y evolucionaron hasta convertirse en
estos días en los conocidos Colegios
Profesionales, son corporaciones de Derecho Público y de carácter gremial
integrada por quienes ejercen una determinada profesión. El Derecho como carrera
no escapó a esta tendencia, y en razón de esto comenzaron a formarse Colegios
Profesionales de Abogados, los cuales a lo largo del tiempo han asumido
determinadas funciones que buscan el efectivo ejercicio de la Abogacía.
En
Costa Rica se funda el Colegio de Abogados en el año 1881, esto en razón de la
creciente participación y vinculación ciudadana en la formación sobre temas
jurídicos. Esta institución no solo cumplió por años las funciones propias de
un Colegio Profesional, sino que además y por razones circunstanciales tuvo a
su cargo la formación universitaria de los aspirantes a Abogados, esto en razón
del cierre de la Universidad de Santo Tomás.
El
Colegio de abogados posee una naturaleza jurídica particular, esto se afirma en
razón de que trata de una entidad que posee funciones públicas más sin embargo
no es estatal, lo que ocurre en estos casos es que el Estado delega en éste el
control del ejercicio profesional, esto nos lleva a la naturaleza práctica del
Colegio el cual busca una efectiva vigilancia en la conducta ética y moral del
profesional, la idoneidad de sus agremiados y la actualización y debido
progreso del Derecho, entre otras.
La
importancia de esta institución para la sociedad costarricense es alta, es
posible establecer dos grandes funciones que si bien no son los únicas si se
consideran las más relevantes por parte de este Colegio; en primer lugar el
Colegio de Abogados busca la colegiatura de todo aquel profesional que pretende
ejercer como Abogado o Abogada, esto se considera importante por cuanto
pretende asegurar que las personas aspirantes a ejercer como profesionales en
Derecho posean la formación académica y deontológica suficientes y necesarias
para un adecuado cumplimientos de sus deberes y funciones. Para determinar la
idónea formación académica dicha entidad aplica un examen de excelencia en
donde se evalúan conocimientos básicos en diversas materias del Derecho las
cuales se consideran como esenciales en los conocimientos que debe poseer cualquier
Abogado (a), tratando con esto de asegurarse a sí mismo y por ende a la
sociedad que las personas que posee la licencia para ejercer tengan los conocimientos
fundamentales para ello. Entendiendo también que la actividad bajo su tutela
exige altos estándares de honestidad y transparencia por las importantes
determinaciones que de ellas devienen además prepara a los aspirantes para
Abogados y Abogadas en cuanto a lo Deontológico, es decir le apuesta a la
formación ética y moral de dichas personas, quienes reciben un curso enfocado
en estos asuntos que pretenden hacer conciencia sobre la importancia de ejercer
la profesión de conformidad con las normas y principios sobre los cuales se
sustenta.
Lamentablemente
no siempre se presenta el cumplimiento de las normas y los principios por parte
de los profesionales en Derecho y hay quienes no honran como se debe el
privilegio de desarrollar la abogacía, cayendo en incumplimientos de muchas
índoles que afectan al usuario y al gremio; en este tipo de casos en donde se
ven violentados dichos principios le compete al Colegio de Abogados y Abogadas
de Costa Rica mediante su potestad de imperio y a través de los procedimientos
establecidos determinar la conformidad o no de los actos cuestionados. Esta
función fiscalizadora le garantiza a la población civil una vía por la cual
hacer reclamos ante los incumplimientos que consideren pueden existir, además
se convierte en una medida de presión para los Abogados (as) por cuanto saben
que de no cumplir fielmente con los principios bajo los cuales se rigen se pueden
ver expuestos a sanciones que van a afectar su ejercicio profesional. Estos
asuntos son tratados por órganos disciplinarios los cuales tienen a su cargo la
efectiva conducción de los procesos en procura de que sean céleres y busquen la
verdad de los hechos siempre respetando el debido proceso.
Ahora
bien, este Colegio no solo se encarga de vigilar los deberes de los aspirantes
y agremiados, sino además busca velar por los derechos de estos, buscando
mediante sus gestiones asegurar que sus colegiados tengan la libertad de
ejercer y proteger todos aquellos intereses gremiales que se pudieran ver
afectados por determinadas circunstancias.Otro de los elementos que caracteriza
al Colegio de Abogados y Abogadas de Costa Rica es la constante actualización y
capacitación de sus colegiados en materias de interés, el Derecho evoluciona,
se encuentra en constante cambio y esta institución lo entiende, a raíz de esto
es que asiduamente se organizan seminarios, capacitaciones y talleres de
actualización profesional que permiten a los interesados estar al tanto de los
temas de trascendencia según sea el momento y las circunstancias lo exijan. En esta
misma línea se puede notar como este Colegio posee una activa participación en
los asuntos del acontecer Nacional, aportando desde su capacidad de acción en
asuntos referentes a reformas normativas, nuevas leyes, procedimientos legales,
etc.
Lic. José Manuel Ulate R.
En un nivel fundamental, los mejores abogados son comunicadores. Se comunican con sus clientes, se comunican con otras partes del caso y se comunican con el tribunal. Más allá de eso, los abogados se comunican de diferentes maneras. Un gran abogado sabe cómo transmitir ideas importantes en la redacción legal formal, en correos electrónicos informales, en conversaciones telefónicas, a través de discusiones en entornos legales oficiales y en conversaciones privadas.
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